La inclusión social y la inserción sociolaboral de personas con discapacidad o de personas que sufren otras situaciones de exclusión social no constituye un cometido exclusivo de las entidades públicas o sociales, sino que, por fortuna, son muchas las empresas mercantiles comprometidas con la igualdad de oportunidades que proporcionan empleo a las personas más desfavorecidas.

Se trata de empresas que ejercen un verdadero liderazgo social, creando entornos de trabajo diversos e inclusivos. El modelo de empresa que hoy en día satisface a la ciudadanía (y por lo tanto a los clientes y consumidores) se está definiendo a nivel internacional a través de la Responsabilidad Social Corporativa.

Y una de las razones más evidentes es que la responsabilidad social de las empresas demostró sus múltiples ventajas, que podemos resumir en los siguientes beneficios a nivel interno y externo:

A nivel externo:

• Posicionamiento, diferenciación corporativa y mejora de la imagen de marca.
• Incremento de la credibilidad y la notoriedad pública.
• Captación de nuevos clientes y acceso a nuevos segmentos de mercado.
• Fidelización e identificación de los clientes con la compañía.
• Mejora de relación con el entorno (nuevas estrategias de comunicación, atracción de medios de comunicación, campañas publicitarias).
• Incremento da influencia de la empresa en la sociedad.
• Mejora de las relaciones con sindicatos y con las Administraciones públicas.
• Acceso a líderes de opinión que influyen en las decisiones de compra.
• Cumplimiento de la legislación sobre contratación de personas con discapacidad.
• Facilidades en el acceso a la contratación pública.

A nivel interno:

• Identificación y compromiso de los trabajadores y de las trabajadoras con la empresa.
• Captación y retención del talento profesional.
• Mejora del clima laboral, redundado en la mejora de productividad y calidad.
• Mejora de la comunicación interna.
• Fomento de una cultura corporativa propia y positiva.
• Obtención de subvenciones, desgravaciones y bonificaciones fiscales.
• Valor añadido a los accionistas.